Secretos de la relación entre el café y la leche

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La conexión entre la leche y el café es un clásico de todas las épocas

 

En el pasado la leche se servía para suavizar los cafés muy fuertes y amargos, que eran preparados usualmente con granos de tipo robusta. En la actualidad, el café es mucho menos amargo, y más allá de su calidad, la costumbre se sigue manteniendo.

La leche aparece en el mundo del café en distintas formas y estados. Veamos las más populares:

Leche entera

Es la que agrega al café un color más agradable, beige y muy brillante. Aporta materias grasas y lactosa. Siempre se recomienda incorporarla ya caliente.

Leche semidesnatada

Esta es la más utilizada, más por costumbre que por una verdadera justificación gastronómica. Su principal ventaja es que contiene menos grasa que la leche entera y que al mismo tiempo aporta un poco de untuosidad.

Leche desnatada

Este tipo de leche no tiene materias grasas. Únicamente agrega color al café y lo rebaja suavizándolo. Cuando se usa es importante que el café sea fuerte, de lo contrario carece de sabor.

Nata líquida

Aporta mucha melosidad y cierta longitud al café, pero no se debe añadir demasiada ya que con algunas gotas alcanza para suavizar un café bastante agresivo. Para que la nata liquida se quede en la superficie y no se mezcle con el café se debe añadir despacio sobre la parte convexa de una cucharita.

Crema de leche o nata montada

Es crema de leche con un 30% de contenido de grasa. La misma se bate con el aire utilizando utensilios fríos hasta montarla. La Crema Chantilly se distingue de la anterior por su sabor agregado a vainilla, y su mayor proporción de azúcar (60 gramos por cada 200 mililitros de crema).


Fuente: centraldecafe.com.ar
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