Son muchos quienes afirman que no pueden comenzar su día sin cafeína en el sistema, es decir, sin beber una buena taza de café. La ciencia tiene algo que decir al respecto, ya que un reciente estudio ha determinado cuál es la mejor hora para tomar el primer café, a nivel metabólico, para obtener el mejor efecto estimulante de la cafeína.
La base de este dato se desprende de una investigación de la Universidad de Ciencias de la Salud de Bethesda, en base al ritmo circadiano, el reloj biológico que nos indica a qué hora nos despertamos o cuándo es tiempo de comer, o de irnos a dormir. Este ritmo se regula con la producción de hormonas de diversos efectos.
Entre estas hormonas, hallamos el cortisol, que se libera como respuesta al estrés y que aumenta los niveles de azúcar en la sangre, generándonos un estado de alerta.
En el mismo momento en que nos despertamos, comenzamos a producir esta hormona para adquirir energías y encarar el día. La vida media de esta hormona es de entre 60 y 90 minutos.
Ocurre que si tomamos café nada más despertarnos, cuando los niveles de cortisol están más altos, los efectos de la cafeína no son tan evidentes. Pero si en cambio esperamos a tomar nuestro primer café entre del día entre 60 y 90 minutos después de despertarnos, sentiremos ese efecto estimulante mucho más intensamente.
Cabe señalar que entre las 12 y las 13 horas hay otro pico de cortisol, razón por la cual el horario ideal para tomar ese primer café es entre las 9 y las 12.
Para quienes desean otra taza por la tarde, cabe señalar que el pico vespertino de cortisol se produce entre las 17:30 y 18:30. Por este motivo, una segunda taza de café antes de esa hora, tendrá un efecto más notorio. De hecho, no se recomienda beber café después de las 18:30, para no perturbar el buen descanso nocturno.
Así, planificar el horario de nuestros cafés nos aportará no sólo su indudable sabor y placer, sino una dosis extra de energía que nos ayuda a cumplir nuestras metas diarias.
