Sucedáneos del café: el café de cereales, otra alternativa para regular la ingesta de cafeína

Sucedáneos del café. Café de cereales.

Hoy hablaremos de los sucedáneos del café, como el café de cereales. Existen hoy para aquellos que deben reducir el consumo de cafeína o necesitan prescindir de sus propiedades estimulantes, principalmente por razones de salud.

Además de la elaboración del café descafeinado, resultado de numerosos procesos tecnológicos que disminuyen algo así como el 4 % de la concentración de cafeína en su peso seco, los equivalentes de café en base a cereales y vegetales también intentan responder a la demanda de sustitutos, de una manera más natural y saludable.

Si bien los asiduos consumidores de café reconocen que el sabor no es el mismo que el de la preciada bebida, las sensaciones y el aroma de sus sucedáneos cubren las expectativas. Y, a diferencia del café, se pueden tomar en cualquier momento del día, cuantas veces se quiera, sin que afecte conciliar el sueño.

La cebada, la malta y el centeno, tostados y molidos, son los ingredientes que componen al café de cereales. La raíz también tostada y machacada de la achicoria, le confiere el sabor amargo parecido al del café. Sabor que se mezcla con la dulzura de los cereales.

Los cereales utilizados igualmente pueden ser integrales como el trigo y el arroz, igualmente tostados y molidos. Y las raíces pueden variar entre zanahoria, de loto, la bardana, el diente de león y el dendelio (planta de la familia del jengibre). Otro ingrediente secreto que suelen incorporar buscando imitar las propiedades olfativas y gustativas del café tradicional, son los higos secos.

El resultado que se obtiene es, una bebida semejante al café en su color, aroma y sabor. Además ayuda en la concentración y a mantenerse alerta, pero sin evitar el correcto descanso. Y como si fuera poco, con el valor agregado de regularizar la digestión y no consumir cafeína.

Se prepara hirviendo medio litro de agua a la que se le incorpora una cucharada sopera de café de cereales, para luego dejarlo hirviendo con la llama al mínimo por veinte minutos. Se deja descansar otros cinco y se toma sin colar.

Este café no busca igualarse con el café tradicional, sino que es una variante lograda para cubrir su gran demanda entre las personas que, por indicaciones médicas deben omitir su consumo o reducirlo; el café de cereales entonces es un sucedáneo beneficioso y natural.

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