Una particular forma de preparar el café es su preparación en frío. Lleva mas tiempo pero sus seguidores defienden que el líquido obtenido resulta un café suave pero dulce y delicioso con muy baja acidez y menos cafeína, adecuado para personas con problemas de estómago, úlceras y gastritis
Se trata básicamente de dejar el café en remojo a temperatura ambiente entre 12 y 24 horas y drenar luego el líquido resultante a través de un filtro. Este será el café concentrado listo para su uso rebajándolo con agua caliente. Este método proporciona algunas ventajas: no requiere electricidad ni dispositivos y se puede guardar el concentrado obtenido hasta 2 semanas en el refrigerador. Además cada uno puede hacer su propia taza a gusto, una vez hecho es prácticamente café instantáneo que no sabe como el café instantáneo.
Para algunos sin embargo, a pesar de reducir la acidez, su gusto es anodino y sin fuerza. Depende mucho del café que se utilice en su preparación, porque es capaz de destacar como ningún otro método, las notas florales y frutas dulces.
Aunque no es necesario ningún artefacto especial para su elaboración, existen varias opciones específicas. Desde las muy simples, a sofisticados artilugios que extraen la bebida mediante un lento y permanente goteo. Algunas resultan más parecidas a piezas de laboratorio que a cafeteras.
Este método utiliza mucho café, una proporción de agua café de 5:1 o 4:1. Para beberlo le agregas igual cantidad o el doble de agua (suele ser agua y hielo o agua y leche) pero aún así es mucho mas café que lo normal.