Conociendo Viena, a través de sus Cafés

cafe sperl vienna1
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El café vienés es parte de la cultura de la capital austriaca y sus cafeterías, lugares imprescindibles en cualquier viaje a Viena.

 

Viena, una de las capitales más antiguas de Europa, es famosa por sus cafés, que han acogido durante siglos a intelectuales y artistas y que hoy en día siguen deleitando a locales y turistas. Probar el café vienés y la gran variedad de postres y dulces servidos en estos locales es imprescindible en cualquier visita a la capital austriaca.

La leyenda cuenta que el café llegó a Viena de mano de los turcos durante el segundo asedio a la ciudad en el siglo XVII (el primero tuvo lugar durante el s. XVI). El ejército polaco, que liberó la ciudad en 1683, encontró unos sacos con unas extrañas semillas que quemó, lo que tostó el café. Sería un polaco quien finalmente se haría con los sacos y quien abriría el primer café de la ciudad.

Una historia más verosímil, situada en la misma época, atribuye a un griego la apertura del primer café, quien habría traído las semillas de Oriente. Fue además en Viena donde el café fue mezclado por primera vez con leche y azúcar, el genuino café vienés, aunque bajo este nombre se ha popularizado otro tipo de café con nata.

Muchos de los cafés que hay en Viena son históricos y cuentan con más de un siglo de historia, a pesar de que muchos tuvieron que cerrar como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial. Algunos de los más antiguos son:

  •     Café Frauenhuber (Himmelpfortgasse, 6). Abierto en 1824, el Frauenhuber es el café decano de Viena. Aún conserva el encanto de los cafés antiguos y es reputado por el buen trato de sus camareros.
  •     Café Landtmann (Dr-Karl-Lueger-Ring 4). En la actualidad es uno de los cafés preferidos de la intelectualidad vienesa. Fundado en 1873, se describe a sí mismo como el café más elegante de Viena. Sin duda, su mobiliario y sus espejos lo hacen único.
  •     Café Central (Palais Ferstel, Herrengasse, 14). Es el café más grande de Viena y probablemente el más reputado. Siempre atestado de escritores y pensadores, tiene deliciosos postres servidos en generosas porciones.
  •     Café Imperial (Hotel Imperial. Karntner Ring, 16). Famoso por las grandes figuras de la historia que lo frecuentaron, es probablemente el más caro de todos.
  •     Café Sacher (I, Philharmoniker- strasse 4). Es el único lugar del mundo donde se puede comer la famosa tarta Sacher original, cuya receta es un misterio, aunque algunos han intentado copiarla.
  •     Café Museum (Operngasse, 7). Se ha convertido en uno de los más famosos por su diseño más simple y moderno, a pesar de que en el momento de su inauguración, en 1899, fue muy criticado precisamente por no tener la decoración típica de otros cafés.

Cafés populares de Viena:

Los cafés más antiguos son a menudo más caros y elegantes y, por supuesto, no son la única oferta que puede encontrarse en Viena. La mayor parte de los lugareños suelen ir a cafés de barrio, más pequeños y menos lujosos, aunque muchos de ellos son igual de históricos que los primeros.

  •     Café Sperl (Gumpendorfer Strasse, 128). Aunque es también un café antiguo, que data de 1880, se ha mantenido como un café más popular, con mucha clientela joven. Son famosos sus strudels, postre típico de la región.
  •     Café Prückel (Stubenring, 24). Es un sitio muy popular entre los jugadores de bridge. Está decorado al estilo años 50.
  •     Café Hawelka (Dorotheergasse, 6). Es uno de los cafés favoritos de los turistas debido a su increíble decoración, de un estilo más urbano, con pósters y panfletos en sus paredes.

Tipos de café en Viena:

Tan genuinos como los locales son los tipos de café que se pueden encontrar en ellos. En su carta se puede encontrar una gran variedad, aunque el más genuino es el café vienés, que ellos llaman Melange, con leche espumosa y azúcar.

Hay, sin embargo miles de variantes, como el café Brauner, que se prepara con nata; el Kurz, uno de los más fuertes; el Fiaker, con brandy, el Mokka, café solo muy negro; el Maria Theresia, con licor de naranja y nata, o el Eiskaffee, con helado de vainilla.

Una visita a la capital austriaca puede hacerse a través de sus cafés. Esparcidos por toda la ciudad son un lugar ideal para hacer pequeñas paradas tras visitar monumentos y museos y para conocer de verdad la Viena más auténtica.

Fuente: suite101.net
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