El café espresso es una de las variantes de preparación italianas más populares. De hecho se han hecho habituales las máquinas de espresso hogareñas.
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Pero lograr el sabor de un buen espresso requiere algo de dedicación, por ello son válidos estos consejos para preparar un espresso perfecto.
Se cree que sólo la calidad del café utilizado es importante para preparar un espresso inolvidable. Sin embargo son igualmente importantes la combinación perfecta entre presión y tiempo de preparación. Espresso precisamente, deriva de “presionado”, lo que hace que el agua extraiga las mejores esencias del café.
No es lo mismo utilizar cualquier agua, lo ideal para preparar un espresso es utilizar agua mineral natural en lugar de agua corriente. Además, la concentración calcárea puede impedir el correcto funcionamiento de la máquina e influir en la calidad del café. Es buena idea utilizar cada dos meses las bolsitas anticalcáreas específicas para las máquinas de café espresso hogareñas.
Es importante respetar la dosis correcta de café, colocando 7 gramos de café para máquina de espresso por taza. En general las máquinas vienen provistas de una cuchara dosificadora a tal efecto.
Una vez llenado el portafiltro, se debe golpear delicadamente en la mesa o en la palma de la mano para distribuir de manera homogénea los polvos de café. Luego, se debe presionar el café con fuerza. Una superficie nivelada es fundamental para preparar un espresso con el sabor ideal.
El café tiene que salir por la boquilla formando un hilo continuo y homogéneo. Es importante prestar atención al tiempo de extracción. Si se nota que el café sale demasiado rápido, se debe intentar prensarlo con mayor intensidad. Mientras que si la salida es muy lenta, se debe intentar no prensar demasiado el café.
Un buen mantenimiento de la máquina es necesario para preparar un espresso
El buen mantenimiento de la máquina es indispensable para lograr preparar un buen espresso. Cada vez que prepara el café, se deben quitar del filtro los residuos de polvos del café anterior. Esto es para que el café no tenga un sabor indeseado o que queden restos de café molido en las tazas. Es buena idea además, cada tanto, dejar correr el agua en el filtro vacío. Como si estuviera preparando un café, esperando dos o tres minutos a que el agua salga perfectamente limpia, antes de utilizar nuevamente la cafetera. Este método también es útil cuando se lava el portafiltro con el agua del grifo.
Si se nota que el café no sale lo suficientemente caliente, se puede intentar dejar correr el agua en el portafiltro. En el paso siguiente, sin desenganchar el portafiltro de la máquina, se acciona la resistencia del vapor hasta el encendido del indicador específico. Así se logrará un café más caliente.
Un espresso perfecto ofrece en la boca una sensación sedosa, suave. Y se observará en la superficie una crema color avellana uniforme. Si aparecen líneas oscuras significa que es un café de mala calidad.